Aquí mi respuesta a una buena amiga que me cuestionaba hace unos instantes sobre mi desaparición continuada durante las últimas semanas.
En los días venideros se rumoreó acerca de una (en apariencia) inverosímil historia. Decían que el chico se encontraba estudiando como cualquier otro día en su habitación. De forma repentina, una de las múltiples montañas de libros que se levantaban sobre su mesa sucumbió a las vibraciones causadas por el brutal sexo que practicaban sus octogenarios vecinos desde hacía un par de horas. Nunca más se volvió a saber nada de aquel joven.
Todavía hoy dicen que responde a los mensajes en Tuenti utilizando tan solo las palabras que es capaz de encontrar en los libros bajo los cuales se halla, pero los más osados afirman que no es él sino su mojo clamando en busca de venganza.
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