Las cosas ya no son como eran


Yo no sé vosotros, pero en estas fechas en las que se reúne toda la familia para celebrar esos días importantes del año (de los que me veo obligado a hablar en otro post), el tema de conversación que abre las conversaciones en la mesa es siempre el mismo.

Pongámonos en situación: Todos arreglados y sentados a la mesa, esperando a que lleguen los últimos a sentarse para empezar a engullir sin control los aperitivos, cuando de repente alguien se da cuenta de que falta el pan. Y es que, ¿qué es una comida sin pan? A lo que iba. Una vez repartido en rodajas (pues es una comida especial y no se puede cortar con la mano) alguien de la generación anterior a nuestros padres suelta... "¡Esto no es pan!" Entonces nos damos cuenta de que el resto de comensales asienten con la cabeza diciendo: "¡Pues claro! ¡Esto es sólo masa!". Seguido de "¡Fíjate fíjate, (haciendo una bola con la miga) no me digas tú a mí que..." Y la que nunca falta y da por zanjado todo el asunto de la "discusión": "Es que pan, como el de antes, ninguno" "Aquellas hogazas del pueblo... ¡eso si que era pan!".

Una vez puestos todos de acuerdo, comienzan las explicaciones científicas del hecho: "Es que ahora las cosas se hacen deprisa y sin ningún cuidado", "¿No veis (dirigiéndose a la gente jóven que no ha conocido aquel maravilloso pan de antaño) que ahora está todo congelado? Claro, así no pueden salir bien", "Le faltan minutos de coción" y un largo etc.

Existe una variación del tema, y es cuando toca comer bacalao. El proceso de conversación es el mismo, pero este además termina con: "Te lo venden como bacalao, pero esto no es bacalao" mientras el trocito de pseudobacalao del plato es cruelmente desmenuzado...

Yo no sé vosotros, pero estos temas me llevan a una profunda reflexión: ¿Qué es lo que estamos comiendo?, ¿Es realmente pollo ese paquete envuelto en papel de plástico etiquetado como.... pollo?.... ¿será Matrix?

Sea como fuere, a mi me está todo muy bueno.

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